¿DÓNDE ESTAS?

Dónde estas cuando te busco en el silencio?
En esa lista que alguna vez fue interminable, de nombres y razones a las cuales asistir.
Dónde estas cuando a mi encuentro le faltan tus ganas,
cuando a mi día se le borra tu sonrisa?
Cuando me acerco con la excusa tonta de no querer acercarme,
solamente en realidad ( y lo sabés) para mirarme al espejo,
el espejo o vos , es lo mismo, igual me veo.
Vos mi reflejo?
Dónde estas ahora que te estoy buscando?
Me faltan tus ojos.
Me gustaría tenerte al frente sólo para sentir que estamos,
tenerte al frente,
sin ninguna meta,
para nada en especial,
solo ahí.
**** Vacío y soledad. Cuando estan combinados son algo realmente fuerte. Y en mí, hoy, estan juntos...Entonces soy yo quien no se siente fuerte **** (*MeL*)
Comentarios
Macedonio
P.D: ¿Lo de lauchita?... no me acuerdo, pero recuerdo que te hizo reír.
Lo de la ausencia... en fin. Bien se sabe entre la Comunidad Gesselliana que nos vimos en la necesidad de pasar a la clandestinidad a fin de escapar de las garras de los Sicarios enviados por "La Señora"
La puerta... la puerta del fondo... ¿es por acá?
En cuanto a lo que me dices de los premios, si deseas colocar el de Gerardo Omaña que se mueve lo debes colocar por la opción que da el diseño de pagina que dice agregar código HTML solo así conseguirás que el se mueva como debe moverse, en mi caso no se mueve así por que lo puse dentro de un slide.... pero mira, este del principito que tienes aquí lo debiste agregar por la opción de agregar imágenes, así que para el otro te vas por la misma parte pero vas a donde dice agregar código html... cualquier inquietud me la dices en vickyh6 arroba gmail.... por allí te puedo enviar paso por paso si así lo deseas.
Un fuerte abrazo.
Te he seleccionado para enviarte este mensaje porque, habiendo leído tus trabajos literarios, infiero de ellos que los respetables lazos que te unen con “Cruzagramas” y sus miembros no impedirán que consideres con alguna cuota de imparcialidad lo que paso a exponer.
En su blog “Cruzagramas”, destinado a difundir trabajos de un grupo de escritores, el señor Sebastián Barrasa acaba de publicar lo siguiente:
“Dado que hemos esta (sic) recibiendo comentarios malintencionados de un usuario anónimo, hemos decidido habilitar la moderación de comentarios en el blog por unos días. No te preocupes; si tu comentario tiene la buena onda de cruzagramas, será publicado inmediatamente.”
Cuando el señor Barrasa dice “comentarios malintencionados”, está aludiendo a los que yo he publicado en el blog. Dado que su enunciado falta totalmente a la verdad, expongo los hechos para la consideración imparcial de quienes lean este mensaje.
En la entrada correspondiente a uno de los escritos expuestos en el blog, publiqué el 29 de marzo, como anónimo, el siguiente comentario:
“Como contribución constructiva, considerando que se trata de un miembro de un sitio que impulsa el correcto uso del idioma, propongo al autor que analice los siguientes errores sintácticos de su escrito.
1. Es incorrecto decir "Algo pasa a través mío". Debe decirse "Algo pasa a través de mí". Igualmente, por ejemplo, se debe decir "cerca de ti", no "cerca tuyo"; o "al lado de nosotros", no "al lado nuestro". El error se origina en entender la preposición "de" como indicativa de posesión. Si se construyera siempre de este modo incorrecto, habría que decir "se burló nuestro", en lugar de "se burló de nosotros", o "me vengué suyo", en lugar de "me vengué de él". El error se repite en el mismo párrafo, cuando se dice "al costado mío", en lugar de "a mi costado" o "al costado de mí".
2. Es incorrecto decir "dejando atrás a los pozos". Debe decirse "dejando atrás los pozos". Ello es así porque la preposición "a" sólo se usa con complemento directo de persona. No se usa con complemento directo de cosa. Por eso, se debe decir "Veo a Juan" y "Veo una moneda", no "a una moneda". Excepcionalmente, podría admitirse la preposición con complemento de cosa cuando se trata de evitar una anfibología, pero este no es el caso del escrito comentado. Conviene consultar la entrada "a" en el DPD de la RAE, pues allí el asunto está expuesto en detalle y considera todos los casos posibles.”
Como puede apreciarse, mi comentario fue respetuoso y objetivo, pues no contiene ninguna valoración, sino que aporta al autor la posibilidad de corregir el texto y, sobre todo, de aprender para perfeccionar su escritura. Los aspectos sintácticos señalados responden a la pureza del idioma castellano y a la más acabada y precisa expresión de lo que el escritor desea transmitir. Vale decir que no constituyen opinión del autor del comentario. (En todo caso, se trata de la opinión de la RAE y los filólogos). Y, como puede verse, cada problema señalado cuenta con su respectiva fundamentación y explicación.
En la misma entrada, el señor Barrasa respondió publicando lo siguiente:
“Cuanto (sic sin acento) tiempo que tienen ciertos eruditos para enseñarnos la verdad que tienen revelada. Yo prefiero leer este poema ensayístico y deleitarme con sus palabras.
Me siento muy orgulloso de tenerlo a Andrés entre los cruzagramas
P.D.: además firma con su nombre”
Ante esta ofensiva respuesta, en la que el señor Barrasa mostró su rechazo a toda posibilidad de perfeccionamiento en el arte, publiqué un comentario exponiendo, siempre en forma respetuosa, mi punto de vista sobre el asunto. Entre otras cosas, destaqué que el verdadero artista se halla impulsado por el afán de perfección y de suprema belleza, y, aun sabiendo que no habrá de alcanzar ni una ni otra, se esfuerza por acercarse a ellas cuanto le sea posible.
El señor Barrasa eliminó mi publicación.
Desde entonces, publiqué varios comentarios en diversas entradas, todas ellas con escritos del señor Barrasa. En tales comentarios, hacía notar al autor algunas de las fallas sintácticas que aparecían en su trabajo, respaldando siempre mi exposición con la fundamentación objetiva correspondiente. Nunca emití ningún juicio de valor sobre el trabajo o su autor.
El señor Barrasa fue siempre eliminando cada una de mis publicaciones.
Como se comprenderá, en mi condición de escritor abundantemente publicado, premiado y representado, sentí la indignación intelectual que todo creador experimenta ante la censura y el cercenamiento de la libertad de expresión, particularmente cuando lo que se coarta es la manifestación respetuosa de una verdad objetiva. La actitud del señor Barrasa me resultó más cuestionable porque conllevaba una implícita hipocresía, ya que, en el blog de Diego M, había publicado lo siguiente:
“Qué feas que son las visiones autoritarias: de los que te cortan una ruta y tiran comida cuando los pibes se mueren de hambre y de las patotas que no te dejan protestar, tengas o no tengas razón, en donde se tue (sic) cante. Qué (sic con indebido acento) se vayan todos!
En la misma entrada, publiqué la siguiente versión de ese texto, aplicable al acto de censura de mis comentarios:
“Qué feas que son las visiones autoritarias: de los que te eliminan un comentario y tiran enseñanzas cuando los hombres se mueren de hambre de aprender y de las patotas que no te dejan protestar, tengas o no tengas razón, en donde se te cante.”
La sistemática eliminación de mis comentarios respondía, evidentemente, a la necesidad de negar y rechazar mis sugerencias de mejora, y de que ellas no tuvieran divulgación. Pero, como dije en uno de mis comentarios anulados, los errores que yo quería contribuir a enmendar seguirán existiendo aunque se eliminen mis mensajes. Muchos visitantes los advertirán y despreciarán el blog en cuanto accedan a él y sin decirlo, con lo cual no llegarán a conocer tus trabajos. En cambio, yo creí que era más honesto y de mayor lealtad señalar lo que había advertido, a fin de ayudar a mejorar la calidad del sitio. Pero, está claro que la encendida defensa que el señor Barrasa formula a favor de quienes protestan, “tengan o no tengan razón”, sólo la practica para otorgar la libertad de alabarlo o de estar de acuerdo con él, pero jamás para conceder el derecho de emitir una crítica, por muy constructiva que fuere. ¡Y pensar que me imputó ser dueño de la verdad revelada!
En todos mis comentarios, enuncié los errores sintácticos que convenía corregir y consigné y fundamenté la forma de hacerlo. Ejemplos de las serias debilidades sintácticas de los escritos publicados por el señor Barrasa:
INCORRECTO: maya (bañador). CORRECTO: malla – I: cama desecha. C:
cama deshecha. – I: Cortazar. C: Cortázar – I: conciente. C: consciente – I: se (del verbo saber). C: sé – I: alguien a quién le gusta. C: alguien a quien le gusta. – I: señalando al sandwich. C: señalando el sándwich. – I: instantanea. C: instantánea – I: microrelato. C: microrrelato. – I: parrafo. C: párrafo. – I: de (del verbo “dar”). C: dé. – I: fuera natural que se ponga a hablar. C: fuera natural que se pusiera a hablar. – I: éste tipo. C: este tipo. – I: te das cuenta que. C: te das cuenta de que. – I: éste momento. C: este momento. I: te mira fijo. C: te mira fijamente. I: estas indignado. C: estás indignado - I: dedica tiempo en buscar. C: dedica tiempo a buscar. – I: posillo. C: pocillo. – I: el Calafate. C: El Calafate. – I: fuxia. C: fucsia. – I: musse. C: mousse. – I: grán. C: gran. – I: se incluyen a un modelo. C: se incluyen en un modelo. – I: no se ha perdido de nada. C: no se ha perdido nada. – I: dirigía al equipo. C: dirigía el equipo. – I: …atribuido, no a un defecto, si no a un esfuerzo. C: …sino a un esfuerzo. – I: el no reclamo. C: la falta (o ausencia) de reclamo. I: vuelva a repetirse. C: se repita. – I: se nos ocurrió que escribamos. C: se nos ocurrió que escribiéramos. - I: reunen. C: reúnen. - I: abrí o sino te bajo los dientes. C: …o si no te bajo… - I: una de las más bellas obras que se ha escrito. – C: …que se han escrito. – I: abandonan a sus cofres. C: abandonan sus cofres. – I: el pose de tu aliento en mi desnudez. C: ¿? pose = Postura poco natural (diccionario RAE). – I: He ocupado muchas horas de mi tiempo pero no le he encontrado la vuelta al significado de la frase “por boca de ganso”. C: En esta frase, “ganso” no alude al animal, sino que se usa en su significado de “ayo o pedagogo de los niños”, tal como puede verse en el diccionario. (Para analizar una frase, lo primero es asegurar el significado de las palabras que la componen. Con la simple consulta al diccionario, se hubieran ahorrado las “muchas horas” de investigación infructuosa. Además, es fácil encontrar en Internet varios sitios que explican el sentido de la frase.)
(NOTA: Todo lo precedente está corroborado por la RAE y el Diccionario Panhispánico de Dudas.)
Sería muy largo ejemplificar los numerosos errores de acentuación y de puntuación (que cambian el significado), las desprolijidades de escritura (“uenos Aires”, “Jorge Luis ;Borges”), las fallas de construcción, la falta de concordancia de número y de tiempos verbales, las anfibologías, etc. Es curioso que un sitio que ofrece el servicio de revisión y corrección de escritos ajenos no realice o no sepa realizar la revisión y corrección de los propios.
En defensa de la libertad de expresión de la que el señor Barrasa se proclama adalid, aun para aquellos “que no tengan razón”, ayer envié un mensaje reclamando mi derecho a que no se eliminen mis publicaciones mientras las realice en los términos de sobriedad y respeto que se ponen de manifiesto en este mismo comentario. En dicho mensaje, formulé la advertencia de que, por cada publicación mía que pudiera ser eliminada, difundiría y publicaría los hechos en diez sitios literarios distintos. El señor Barrasa eliminó el mensaje e impuso la moderación de comentarios, invocando falsamente la necesidad de protegerse de un “malintencionado”. En consecuencia, la presente publicación integra el primer lote de diez comunicaciones. Al mismo tiempo, hice saber que, si se impidiera total y definitivamente la posibilidad de exhibir comentarios anónimos, publicaré todos los antecedentes en los 150 sitios literarios más visitados de Internet. Así me lo exigen el amor a la literatura, el orgullo de ser escritor y la pertenencia a un conjunto de artistas que se entregan a combatir, con armas válidas, toda forma de censura y autoritarismo.
Gracias por la atención.
J.A.
En segundo lugar coincido en que hay errores ortográficos lo cual a todos nos puede pasar, coincido con vos en la enumeracion del punto 2) sobre las expresiones y disciento del punto 1) ya q creo que no son correctas tus correcciones.Pero esa es mi opinión, simplemente con la imparcialidad q me pedis... No me he detenido a leer todas tus justificaciones con el tiempo que creo que se merecen porque estoy en horario laboral pero a simple vista esa es mi opinión.
En algo coincido y en otra cosa disciento.
:)
Querida niña... entre la soledad y el vacío solo existe un mínimo de suspiro... y como tal debemos de dejarlos a ambos... lo que dura un suspiro... por más fuerte que sea esa fusión...
Buenísimas letras... aplausos!!!
Un abrazo amiga.
Antes que nada, quiero decirte que tu mensaje me ha producido una honda gratificación. En cada cosa que hacemos o decimos, todos nos damos a conocer mucho más de lo que creemos. Y tus palabras y el modo en que las pronuncias (pues leyéndote parece como si te escuchara) hablan mucho de ti. Me has contestado con amplia disposición y espíritu abierto. Es más; no creo equivocarme al imaginarte como mujer dulce y plena del color más suave del otoño. No importa que coincidas o no con mi mensaje; lo que importa es la diáfana y bondadosa actitud con que has tratado a este desconocido.
Te has dirigido a mí dándome a conocer tu punto de vista inicial, pero dejando abiertas las puertas para discrepar o coincidir, y tal vez para admitir que, entre dos personas que intercambian limpiamente sus opiniones y, por qué no, algo de sus sentimientos, puede encontrarse más fácilmente el camino de la verdad. Espero no equivocarme demasiado en esta lectura de tu mensaje, porque interpreto que anida en él una implícita autorización para que te comunique mis reflexiones sobre algunos de sus contenidos.
En primer lugar, estimada Mel, quiero decirte que mi anonimato responde a razones personales. Sin embargo, creo que en este caso no es demasiado relevante. Lo sería si mis mensajes fueran injuriantes, insultantes o amenazantes, pues el anonimato estaría señalando la cobardía de quien los escribiera. Pero es claro que nada de eso se da en este caso, en el que ni siquiera consigno opiniones o gustos personales, sino que expongo cuestiones objetivas y fundadas. Es como si alguien dijera que 3 x 4 es igual a 13, y yo le hiciera notar que 3 x 4 es igual a 12, y lo fundamentara diciéndole que es la suma de 3 veces 4 o de 4 veces 3. En tal caso, el anonimato no cambia la validez de una verdad que es independiente de quien la enuncia.
No me queda claro a qué aludes cuando hablas de las expresiones del punto 2 y de las correcciones del punto 1 con las que no estás de acuerdo. Con todo cariño, te señalo que mis observaciones no son materia de acuerdo o desacuerdo, pues, como te he dicho, no responden a opiniones o puntos de vista personales. Lo único que hice fue señalar la alteración de reglas y usos consagrados de nuestro idioma. Yo no impuse tales reglas, sino que, como advertirás que lo hacen todos los buenos escritores, sólo las aplico. Es como si tú me dijeras que no estás de acuerdo con mi afirmación de que 3 x 4 es igual a 12.
Me apresuro a señalarte que una reacción esperable de quien no tiene un claro dominio del idioma y carece de tu altitud intelectual, es acusar, a quienes defienden el respeto de la lengua, de ser esclavos de inútiles formalismos, con lo cual hacen bastardo uso de la falacia de “argumentum ad hominen”. Así, por ejemplo, me ha respondido el señor Barrasa. Pero no se trata de formalismos. El idioma es el más excelso recurso de comunicación de los seres humanos. A través de él, todo escritor se comunica con quienes lo leen, y la comunicación se empobrece y el propósito del autor se distorsiona cuando se incurre en fallas que confunden las ideas u oscurecen el mensaje. Pero, además, y tú debes haberlo experimentado cuando escribes, las palabras son las notas con las que habrás de construir la sinfonía de un poema, y usarlas mal es lo mismo que desafinar en música.
Querida Mel: permíteme que trate de ilustrar lo que acabo de decirte. Rubén Darío comienza su poema “Los motivos del lobo”, en su libro “Poema del otoño”, del siguiente modo:
El varón que tiene corazón de lis,
alma de querube, lengua celestial,
el mínimo y dulce Francisco de Asís,
está con un rudo y torvo animal,
bestia temerosa de sangre y de robo,
las fauces de furia, los ojos del mal:
el lobo de Gubbia, el terrible lobo.
Rabioso, ha asolado los alrededores;
cruel ha deshecho todos los rebaños;
devoró corderos, devoró pastores,
y son incontables sus muertes y daños.
Te ruego que leas estos versos en voz alta, como si se los recitaras a un niño. Advierte la pura música de las palabras. Trascendiendo su significado, las palabras tienen colores y sonidos. Fíjate que, al hablar de Francisco, Darío utiliza palabras de honda dulzura, redondeadas, sin aristas. Nota cómo coloca palabras que contienen la inocencia infantil que denota la letra “i”. (Si te detienes a pensar, verás que, cuando quieres comunicarte con un bebé, inventas palabras con “i”, y tal vez le dices cosas como “tití” o “mimimimi” o “pipiripi”, pero difícilmente lo harías con “o” o con “u”, a menos que quisieras asustarlo.) Pero, además, observa cómo Darío hace sonar campanas mediante el profuso empleo de la letra “ele” (lis, alma, lengua, celestial, dulce) o posa tu alma sobre el inevitable suspiro de la letra “b” de “querube”. Y luego, siente cómo, al pasar a hablar del lobo, horada tu pecho con el tambor redoblante de la letra “r” (rudo, torvo, robo, terrible, rabioso, alrededores, rebaños…). Mira también cómo, cuando dice “cruel ha deshecho todos los rebaños”, obliga al hiato en la palabra “cruel” (pues de otro modo no podría alcanzar el dodecasílabo, ya que no hay sinalefa posible), con lo que fuerza a pronunciar “cru-el”, es decir, en dos sílabas, de manera que uno siente más profundamente la crueldad del lobo, mucho más que si dijera “cruel” en una sílaba. ¿Crees tú que Rubén no sabía cómo lograr sus doce sílabas? Le hubiera bastado con decir, por ejemplo, “feroz ha deshecho todos los rebaños”. Con todo esto, quiero significarte que las palabras y el modo de relacionarlas son el recurso esencial del escritor, no sólo para comunicar significados, sino, sobre todo en poesía, para transmitir emociones o provocar una determinada impresión en el espíritu del lector.
Es un error creer que, para crear una obra de arte, en particular una obra literaria, lo fundamental es la inspiración. Hay infinidad de las llamadas “reglas del arte” que son el producto de siglos de desarrollo y aprendizaje, o bien del estudio de las prácticas de geniales creadores. Quienes pretenden escribir sólo con inspiración desconocen la existencia de tales “reglas del arte”, y suponen que un adolescente principiante puede generar obras de calidad similar a las de un longevo y prolífico creador con sólo “recibir” una inspiración más rica y certera. Cuando me toca orientar a jóvenes aspirantes a poetas, les transmito las “reglas del arte” que conozco (que son bastantes) y les aseguro que, con la aplicación inteligente de las mismas, podrán elaborar una excelente poesía aunque la inspiración no los favorezca. Por ejemplo, una de esas reglas del arte, muy simplificada, es:
“No use adjetivos obvios para el sustantivo al que se aplican. No diga “la brillante luna”, “la luna luminosa”, “la luna blanca” o la “luna redonda”. No necesitamos un poeta para advertir que la luna es redonda, blanca, luminosa y brillante. Use adjetivos que no son científica o fácticamente aplicables al sustantivo. Diga, por ejemplo, “la luna inquisidora”, “la luna asombrada”, “la luna penitente”, “la luna empedernida”. Para esto sí necesitamos un poeta, porque quien no lo sea jamás va a pensar que la luna interroga, o que se asombra, o que hace penitencia o que es obcecada. Mel: si vuelves al poema de Rubén, verás con qué genialidad (no necesariamente inspiración) aplica esta "regla del arte" cuando dice, por ejemplo, “corazón de lis”, “el mínimo Francisco” o “lengua celestial”. Es evidente que un corazón no puede estar hecho de un lirio. Es evidente que Francisco no puede ser “mínimo” en cuanto a su tamaño; no es un enano. Es también evidente que una lengua humana no puede ser “celestial”, es decir, perteneciente al reino de las divinidades. Y entonces, esas expresiones nos llegan al alma no por su significado de diccionario; nos llegan como reminiscencias, aromas, músicas o colores. Lo mismo podría decir respecto a las “reglas del arte” vinculadas con el uso de los tropos. Por ejemplo, el empleo del oxímoron permite al poeta crear expresiones como “el fuego quieto de tus ojos”, “tus manos tenían una sumisa rebeldía”, “una callada música llegaba desde tu boca”.
Como ves, estimada Mel, todo lo que vengo diciéndote se refiere al uso del instrumento esencial del escritor: el lenguaje. Cualquiera es libre de escribir como más le guste, incluso con abundancia de errores de todo tipo. No voy a ser precisamente yo quien cuestione el total derecho a ejercer esa libertad. Y si quien lo hace dice que escribe, por ejemplo, sólo para entretenerse, aplaudiré tan fructífera forma de llenar el tiempo vacío. Pero si quien escribe es consumido por el fuego de la pasión creadora, si aspira a levantar alto vuelo en el cielo de la belleza, yo le diré que, en el caso de quien quiere concretar esos sueños como escritor, debe tener un impecable manejo del idioma y debe conocerlo tan en profundidad como para extraerle todo lo que puede dar como herramienta de excelsitud artística. Aunque este dominio de la lengua no asegura el alcance de una gran estatura artística, sin él tal alcance resultará imposible.
Querida Mel: Me gustaría mucho que me dijeras en qué discrepas conmigo. Tal vez, ello no sería demasiado útil si se tratara de diferencias de apreciación subjetiva, pero, dado que aquí están involucradas cuestiones objetivas que existen más allá de nuestra voluntad y nuestros gustos, estoy seguro de que, juntos, podremos encaminarnos a la verdad. Y tal vez, juntos, podamos ser un poco mejores en algo útil para nuestra tarea literaria o bueno para el alma. Me haría feliz que, con tu ayuda, pudiera deshacerme de mis posibles errores.
Finalmente, lamento que te veas en la situación de que, por mi causa, el señor Barrasa te transmita directivas que no respetan tu libertad de decisión. Te confieso que, puesto que no has borrado mi mensaje y me has hablado de forma tan cristalina, me daría pena verte obligada a responder a los imperativos del titular de Cruzagramas eliminando mi texto. Sin embargo, si lo hicieras, lo comprendería. Es lógico que tu deseo o conveniencia de mantener aquella relación no puedan ser compensados por la admiración y el respeto de este desconocido, a pesar de la altura de una y la profundidad del otro.
Por favor, cuídate.
J.A.
entré para dejarte un comentario y me encontré con este bodoque de sobervia de no se quién!
pero igual te dejo mi comentario:
un muy bello cato melancólico
estás sola?
besos amiga...
hacia mil q no pasaba por tu rincon!
Espero pronto reobres tus fuerzas.
un abrazo
y se aquietó en mi oído,
tus sílabas reveldes domaron mis sentidos, y entonces... enjugué tus lágrimas.
Besos para tu alma.
Hola alguien... me intrigas mucho, cómo te llamás? Desde dónde venís?
Anónimo: he consultado profesionales de las letras y sumado a mi conocimiento por haber hecho parte de la carrera de letras y recibirme de periodista puedo concluír con este tema diciendo que, yo tenía razón no es correcto decir al lado de nosotros y sí es correcto decir al lado nuestro y así en el resto de las cosas que tuviste la intención de corregir. Los fundamentos son, si bien originariamente el castellano pude permitirlo hoy, por una cuestión de evolución esos términos y a no se utilizan más, habría que evaluar dos cuestiones importante de contexto que pueden hacer a tu findamentación y son: país dónde te encuentres, esa es una variable fundamental, y edad que tengas que es algo importantísimo porque influye mucho en la utilización del castellano y puede haber influído al momento de tus correciones...
Disculpas si tarde mucho en contestar es que estaba muy atareada con trabajos y demás.
Vespa:Me alegro que opines q es bello, gracias... Es melancólico es cierto,porque a veces la melancolía me acompaña de a ratos, y sino, sí, estoy sola!!
Maripi, que bueno que hayas vuelto, y que mi inspiración te guste... Mi musa, mi musa va mutando todo el tiempo, creo que es además de la melancolía otra compañera de a ratos, idealizada a tal punto de ser tan parte mía, como de todos ustedes que me leen.
Ana, amiga, creo que son momentos, pero es cierto todo está adentro mío, y yo puedo con todo, sólo tengo que dejarme ser!!! Es un gusto que hayas pasado...
Tomás, qué bellas palabras amigo... Gracias por tu abrazo y por esa cuota de poesía que me encanta.
José que sorpresa tu comentario, pensé q estabas de vacaciones... indefectiblemente tengo que seguir poniendo esa cuota de mí, y de todo lo que llevo conmigo... :)
Gerardo, siempre con tu poesía y tus palabras que son justas. Nadie había dicho lágrimas, pero las había. Q buena percepción...
A todos gracias por venir y dedicar parte de su tiempo a leerme, me reconforta muchisimo como siempre les digo. Tardé bastante en responderles porque ando con mucho trabajo y además ahora complicada un poco de la garganta, con fiebre y demás, pero hoy aproveché el hecho de estar en casa para escribirles!!! Un abrazo...
Mel.-
y "donde estas ahora?"
que pregunta Dios!
=) saludos mel
que estes bien,
buena imagen para la entrada y
grato texto
inflado de soledad pero
nadie dice que la belleza sea aquello solo apetecible a los ojos.
saludos
Parece ser que no soy el único.
Bs.
oye una consulta... que pasó con el Emperador? extraño su sensibilidad unica y maravillosa.
saludos y gracias por tus consejos, ya estoy saliendo sabes? todo empieza a aclarar... adios