En cuarto creciente

La muerte que a muchos asusta y que tantos lloramos cuando se lleva a alguien que amamos , no es más que otro proyecto de vida, no es más que una continuación. Quizá la solución que también muchos esperamos. La muerte, tan distante y cercana, no es más que mi compañera en sueños. Imagino ese mundo que aún no llega. Aún no. La muerte, es eso que imagino? **** Porque viajaba en colectivo, eran casi las ocho de la mañana y se cruzó aquella sonrisa que no tengo. Entonces pensé: será la muerte una solución? Y pensé en esas personas que le temen, y pensé en todo lo que pienso siempre que pienso en muerte. Yo no le tengo miedo. Veo en ella toda posibilidad de realización de todas las cosas que quiero. Siempre que...

No hay alma en el infinito si mi voz no es tu prisa de hoy. No hay nada que quiera explicarte, que no sepas, y comprendo. No es encierro es reveldía, no es mi paz ni es tu sonrisa. Es mañana. No existe distancia, ni cielo, infierno o pecado. Es cuestión de tiempo. Tiempo. Tiempo. Y nada tengo de menos hoy que el tiempo. Tu tiempo que alguna vez fue mio. Como el mio es tuyo. Tu paz. Mi cielo. No duermo porque me quitás el sueño. No tengo paz porque es tuya mi intranquilidad, mi osadía, mi caminar y mi no venganza por amor. Amor a vos y a lo que me enseñaste. Hoy dejé una parte de mí, a lo mejor importante, capaz era predecible... Una parte primera por donde te conocí. También sabés donde encontrarme y aunque duermo de noche tengo una ventana. Sólo que no la miro antes de salir. Si me avisas que viniste capaz me hagas feliz. Si me avisas que venís capaz me hagas vivir. ***** Que mas palabras. Si ya nada te llega ***** (*MeL*)

No escuchaste mi voz, estabas lejos. No entendiste mi andar, porque no me mirabas. Traté de explicarte todo y no me dejaste hablar, sólo llorabas. Pero llegó la noche y yo estaba ahí, en medio de risas y recuerdos olvidados besándote otra vez. Brindamos por lo que viniera, pero luego... No escuchaste lo que pedí, estabas sordo. No atendiste mi suplica, porque dormias. Traté de buscarte y tomar tus manos, pero no estabas por ningún lado. Tuvo que llegar el invierno para convertirme en primavera Tuvo que pasar tu otoño para que volvieras. Tuvimos que ser juntos el llanto para luego ser espera. **** Porque no entiendo que llegue otro día, tiempo para tu espera. Porque seremos juntos el sol, el mar, la tierra entera **** (*MeL*)

De estas cuencas no paraba de salir el agua. Sólo imaginar la situación hacía que se activara en mí el eco de la pelotudez hacia el corazón. Claro, la forma de combatir eso no la encontraría tan rápido, la sensación de estar muriendo crecía y los muros en los cuales creía podía sostenerme se desvanecían sobre mí al escuchar lo que tantas veces preferimos no pensar. Decidí como cada vez sumergirme en un eterno y profundo río, sabía que sólo su sonrisa y lo que nunca diría iban a poder salvarme, pero yo no quería eso, más bien quería acabar con todo. Y por sobre todo terminar de una vez por todas con ese jueguito estúpido que nunca terminaba, haciendo clavar espinas donde no estaba siquiera la necesidad de una rosa. Y me fui, para siempre me perdí, no estaba en mí la intención de revivir a las penas. Y nunca terminó de entender... Tampoco yo intenté explicarme. (*MeL*) **** Hoy no quiero decir más nada. Este poema es mío. ****