En cuarto creciente

Me pregunto qué haces, mientras te escribo y escribo qué es lo que hacemos. Me querés? Te pregunto una vez más y estoy segura de tu respuesta. Todo fue un mal entendido, lo sé, y de a poco nuestros caminos se van abriendo mientras nos abren camino para que sigamos juntos aunque sea una vez más. Y yo que creí saber la respuesta me encuentro con un altercado entre el mal entendido y mis ganas de escucharte. ¿Querés venir? Seguro mi respuesta también te sorprendió. No creas que es rechazo o falta de motivación. Son más fuertes por esta vez las razones estúpidas que tengo en lista para las que cumplir mañana, las que actualmente acuden y aclaman mi duda y el hoy no incluye tus brazos. Si en realidad supieras que me muero de ganas. Lo sabes, se bien que lo sabes. Acepté un día las reglas de una misma convivencia. Nada me lo impide hoy, sin embargo todo cambia. No es lo mismo lo que podamos darnos hoy que no haya estado ayer, o tal vez mejor!!! ¿Dónde está tu silencio cuando no me habla? ¿Dó...

Imagino tus roces, más que nada tus palabras. El contacto cálido de sentirte cerca, de querer tocarte. Las ganas contenidas por no pecar desvergonzada. Tus labios casi cubiertos ¿evitarán dulces besos? . Miro tus ojos cada vez que tengo la oportunidad, busco tus gestos, casi más te radiografío… pero no te das cuenta. Siempre estoy expectante a tu figura, esperando aquel tiempo en donde unos minutos acumulados hacen a la entrega diaria pero en un ámbito que no es el que deseo, sino el que momentáneamente tengo que aprovechar. Y no te das cuenta, la entrega tampoco es la misma y es unidireccional, pero voy a intentar retribuir tus enseñanzas con mis ganas de aprender, en algún momento podemos aunar algo. Imagino, tus manos trazando esas líneas que dividen la razón, lo que debería ser y lo que por momentos se nos ocurre. Miro tu cuerpo casi de lejos desde alguna perspectiva y me dan ganas de conocerte, tengo ganas de hablarte pero me callo. Me acerco tal vez con la excusa reprimida de que...

Me dejaste desnuda. Y me dio frío, un frío en el alma. Y te fuiste como quien se va a comprar galletas. Y me dejaste sola, sola y desnuda. Desnuda de sentimientos y pasiones encontradas. Terminé mi café mientras pensaba en tus despojos, en tu lucha interior. Me miré al espejo y te vi marcado en mis curvas, no estabas tan lejos. Me dejaste entre canciones y sentimientos encontrados. Y agarré un libro, buscando las respuestas que no vi en tus ojos, porque ya no estabas. Estaba sola y con frío, cubrí mis pechos con mi cabello y callé a mi boca que no dejaba de repetirse que estaba sola. Me dejaste. Con la dulce sensación de volverte a ver. **** Momentos entreverados entre mi realidad y nuestro tiempo. Y me dejaste desnuda, y toda para vos **** ( *MeL*)

Recorría el camino de la huída sin que sonara muy convincente. Alguien lo esperaba del otro lado. Las sensaciones estaban entremezcladas, ella aún retenía su parte más importante y él no se dejaba vencer. Mucho tiempo el que tardaron en descubrir la tirante monotonía que los sacudía de un lado al otro sin permitirles ver con claridad. Al otro lado del puente quizá ella tenía otros planes. Ninguno de los dos jugaba su carta mayor. Ambos esperaban el retiro voluntario de su contrincante alguna vez amante o amigo. Decidieron que todo iba a suceder tal cual ellos querían. Ellos nunca supieron lo que querían. Él recorría el camino de su huída sin que sonara convincente. Ella lo esperaba del otro lado del puente. Ambos eligieron por su cuenta. Cumplieron exactamente su voluntad. Las cartas del destino terminaron esta vez marcadas para siempre. **** Me levanté con ganas de escribirle a la vida que todo puede s...

Mis pechos extrañan tus besos. Es cierto, últimamente los tenés olvidados. Las curvas que se posan más allá y revuelven tu vientre son el punto clave para que tus ojos recorran el camino de su huída. Y yo estoy así, absorta, desde mucho antes entregada y expectante a cada movimiento de tu cuerpo, cada roce y en cada sensación. Cuando despiertes tal vez ya no esté a tu lado, quiero por una vez no ser yo la que sienta un amanecer olvidado entre las sábanas. **** Inspiración, simplemente esa manía de querer decir las cosas que le digo y las que no, que igual lo sabe aunque no se las diga. **** (*MeL*)